Las costumbres y los usos de cada región de nuestro planeta convierten en placeres inmensos para unos lo que son elementos básicos de su dieta para otros.
Así, el consumo de aceite de oliva es algo común para nosotros, los mediterráneos, pero no lo es tanto para otras gentes de otras latitudes. Y mucho menos, aceites como Finca Hostalets, un AOVE que va más allá y que ya no son un acompañante, un elemento que enriquece, sino un zumo, un jugo, una joya que camina por sí misma y que no se entiende sin conocer de dónde viene y cuál ha sido el camino que ha seguido hasta llegar a colocarse en las mejores boutiques de las capitales más importantes del mundo.
Finca Hostalets nace de un terroir ubicado en las faldas del Parc Natural de la Serra del Montsant, en Cabaces, en la comarca del Priorat. Un lugar único y excepcional, al abrigo del bosque, rodeado de montañas y vegetación mediterránea con la que comparte agua y nutrientes, en armonía con tierra y roca de paredes y terrazas de piedra seca construidas hace cientos de años. Un trabajo de amor.
Sus olivos son árboles centenarios, con más de 11 metros de distancia entre ellos, permitiendo aireación e insolación constante, de las variedades Arbequina y Rojal. Esta última es exclusiva de la zona, apreciada y escasa, que proporciona un carácter inconfundible al aceite.
Si algo distingue a Finca Hostalets es el cuidado y el mimo con el que se trata tanto la recolección como todo el proceso que lleva a conseguir un AOVE excepcional. La cosecha comienza cuando acaba el verano y se hace de manera manual, con manos o peines, tratando a la aceituna como una fruta, de manera delicada.
Y todo el proceso de molturación y extracción está pensado y puesto en práctica para eliminar cualquier tipo de impurezas que impidan a Finca Hostalets ser ese Oro Verde tan apreciado. Un proceso basado en la higiene. Durante todo el proceso mecánico se cuida la limpieza en todas las fases de separación, siendo esto todavía más riguroso en la fase de la bodega, para que el AOVE repose en perfectas condiciones.
Y en el envasado, el packaging está pensado de manera que pueda estar no en la cocina, sino junto a la vitrina de los licores más apreciados. Una presentación fastuosa para un jugo que destila el mimo de quien está elaborando algo especial, el fruto de una tierra dura, áspera, capaz de producir, mediante el cuidado de manos expertas, una joya.
Y es que como dijo George Ellwanger el buen aceite, como el buen vino es un regalo de los dioses y la uva y la aceituna son maravillas que nos regala la tierra y están destinadas cada una a su manera a promover el bienestar del hombre. Así, el aceite, como principal fuente de ácidos grasos monoinsaturados, baja el colesterol malo, mantiene en la sangre el colesterol bueno, ayuda en la digestión, revitaliza la piel, previene enfermedades cardiovasculares y coronarias… nos ayuda, en definitiva, a adquirir un mayores y mejores cuotas de salud.
Una joya pues de valor inmenso, que Finca Hostalets presenta ahora acompañado de una cuchara para poder saborear el AOVE de una manera diferente, con la intención de poder disfrutar de todas sus cualidades, sin otras interferencias.
Porque el AOVE de Finca Hostalets es el fruto de un proceso en el que todo cuadra, todo encaja, la naturaleza, la mano del hombre, el entorno, el sabor… para proporcionar un producto exclusivo y diferente.