España hace ya 32 años que conjuga la fórmula al que ya han accedido más de 45.000 alumnos.
Erasmo de Rotterdam fue un humanista del siglo XVI que predicó una idea de comportamiento basada en el justo medio, en la moderación frente a los fanatismos, en una época llena de turbulencias y guerras. Por eso, la elección de Erasmus como nombre que define la Estrategia Europea del 2020 con los objetivos de promover la justicia social y la inclusión establecidos en la estrategia de la Unión Europea en el ámbito de la formación.
Este programa de intercambio se inició en España en el año 1987 y 30 años más tarde son 45.000 los alumnos españoles los que han accedido a él. Se trata, sin duda, de un éxito rotundo. Además, desde el 2001 España se ha mantenido de manera ininterrumpida como el destino preferido de los estudiantes europeos para desarrollar su beca.
Este programa tiene una importancia fundamental a la hora de reducir el desempleo entre los jóvenes, fomentar la educación de adultos en la adquisición de nuevas competencias y titulaciones exigidas por el mercado laboral, reducir el abandono escolar y además fomentar el intercambio de ideas y personas entre los países asociados. Sin contar con los elementos indispensables de cooperación que se desarrollan. Y algo más.
El Programa Erasmus no es solo un intercambio académico, es una experiencia vital que aporta conocimiento y experiencia a la hora de trabajar y relacionarnos con personas de otros países. Nos quita de encima miedos, complejos o falsos tópicos y nos ayuda a desarrollarnos como personas completas.
Y Erasmo estaría orgulloso de ello.