EL PERIÓDICO DIGITAL DE ROMERO

Automóviles clásicos, una forma de vida

Forma de vida, coleccionismo e Inversión. Situación del mercado actual.

Poseer un vehículo clásico no trata simplemente de tener por tener. Poseer un clásico es poseer historia, sensaciones, algo más de lo que transmite una simple máquina o un medio de transporte. Poseer un clásico puede llegar a ser para muchos incluso una forma de vida.

Si hablamos de conducción debemos decir que conducirlo es algo totalmente distinto a conducir un coche actual, de entrada a los clásicos los conduces tú y los vehículos actuales te conducen a ti. Su ruido o su olor característico y esas sensaciones que sientes al conducirlo hacen de él algo sumamente especial. Y por si fuera poco, un clásico es algo extremadamente coleccionable así como una buena inversión.

En mi opinión personal, que no va a ser imparcial, poseer un vehículo clásico es mucho mejor que tener una obra de arte, ya que ésta la posees y solo la disfrutas mirándola. Con un clásico haces lo mismo pero además lo conduces y al igual que una obra de arte, se revaloriza.

Automóviles clásicos. Forma de vida, coleccionismo e Inversión.

Coleccionistas

Para poder comprender un poco el mundo del coche clásico deberíamos conocer un poco a los actores que lo forman empezando quizás el grupo más conocido e importante: son los coleccionistas.
Hay varios tipos de coleccionistas y podríamos clasificarlos de varias maneras. Quizás una de las más significativas podría ser en base al uso que se les da a los vehículos, esto nos llevaría a distinguir entre coleccionistas dinámicos y estáticos. Los primeros son a los que les gusta no solo coleccionar coches sino disfrutar de ellos, utilizándolos incluso diariamente. Los segundos, aunque también los conducen esporádicamente, prefieren admirarlos, como si de una obra de arte se tratara. Cuando eso ocurre, el garaje se convierte en su museo particular.

Los coleccionistas también podrían clasificarse según sean sus preferencias. Existen coleccionistas solo de modelos de pre guerra (anteriores a 1945). Coleccionistas de modelos deportivos. Coleccionistas de modelos una marca. Coleccionista de vehículos de los 80 en adelante o “Youngtimers”. Realmente hay para todos los gustos.

Nostalgia y negocio

Independientemente del coleccionismo en sí, hay otras razones por las cuales poseer un clásico, que no son otras que las sentimentales: Nostalgia del coche que tenia tu padre. Ese sueño inalcanzable del coche que siempre habías deseado y no podías permitírtelo. El coche que tenía tu ídolo de juventud. Un modelo que vendiste, siempre te arrepentiste de ello y ahora quieres volver a tenerlo.

Pero hace unos 5 o 7 años, debido a la baja rentabilidad de otros mercados y a la revalorización constante de este que nos ocupa, entraron otros actores, los inversores. Estos consideraron la adquisición de un clásico como inversión pura sin más y emplear su dinero aquí para recibir beneficios. Así la ley de la oferta y la demanda alcanzó su grado máximo. Todo se compraba y todo se vendía a una velocidad de vértigo con unas plusvalías que llegaban muchas veces al 40% anual para modelos muy exclusivos -o no tan exclusivos- de marcas tales como Porsche, Ferrari, Jaguar o Mercedes. Ciertamente el mercado se dinamizó muchísimo pero no de una forma lógica ni natural.

Realmente, fueron unos años excepcionales económicamente hablando. Ahora, con el paso del tiempo debemos reconocer que el mundo del clásico perdió su esencia y se convirtió en un mercado como podía ser el bursátil, donde lo único que contaba eran las cifras. Pero un clásico no es solo una cifra sino mucho más.

El valor de un clásico va asociado a su historia, su estado, su estética, sus unidades fabricadas, etc., pero por encima de todo que te guste y que te haga sentir algo más, si perdemos esta esencia nos transformamos en meros contables y el mundo del clásico es mucho más que eso.

Automóviles clásicos. Forma de vida, coleccionismo e Inversión.

Volver a la esencia

Y así hemos llegado al momento actual en el que los amantes auténticos de los clásicos dejaron de querer pagar los precios basados en la pura especulación consiguiendo así que esos precios se hayan regularizado. Esto en ningún caso quiere decir que el mercado esté en crisis ya que el valor de los clásicos en general sigue ahí. Sin olvidar que hay “piezas” cuya cotización sigue y seguirá manteniendo al alza ya sea por su singularidad, ediciones limitadas, historia, estado o porque son considerados iconos.

Todo esto nos ha hecho volver al origen que no es otro que el sentimiento de los amantes de los clásicos, sean coleccionistas o no, que disfrutan conduciéndolos y admirándolos sabiendo que poseen un valor en alza.

¿Cómo acabará todo esto? Bien sin duda. Para mí los precios “auténticos” no han bajado, sino que solo han descendido los que no tenían razón de ser. El mercado goza de buena salud por que la afición por los coches clásicos y de colección está intacta. Los especuladores afortunadamente están perdiendo interés en el mercado y se están retirando.

Esto no significa que un vehículo clásico haya dejado de ser una buena inversión, nada más lejos de la realidad. Los beneficios económicos están asegurados ya que siempre habrá alguien dispuesto a pagar lo que realmente valga un determinado modelo, pero el precio de tener un icono solo lo pueden poner los que realmente lo reconocen como tal y lo saben valorar. Se ha vuelto al origen, donde los sentimientos del coleccionista superan a los números.

“Un clásico lo conduces y, al igual que una obra de arte, se revaloriza”.


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