Es muy interesante esta pregunta, porque las consecuencias de una recomendación son impredecibles, tanto para el lado positivo como para el negativo. En Romero Premium Networking te ofrecemos nuestra opinión.
Preguntas como, ¿tienes un contacto en tal sector? o ¿conoces a alguien allí que pueda hacerme caso o me pueda ayudar?, son preguntas que en el mundo del networking no se pueden tomar a la ligera. En primer lugar, compartir un contacto significa un compromiso que va mucho más allá de la simple acción de compartir de la aplicación del móvil en el networking. Es un compromiso, es una recomendación que lleva consigo una co-responsabilidad en la gestión futura entre esas dos personas. Visto de esta manera espero que mucha gente haya dejado de pensar que esto no es una cosa muy seria, porque lo es. Iniciar una recomendación, es como iniciar un contrato, un compromiso de confianza y de lealtad ante la persona que te ofrece la recomendación. Es aquí donde se cae por su propio pie la gran mayoría de los compromisos de las personas.
Pero existen ejercicios, basados en la experiencia, al menos en la mía, que nos permiten dilucidar si vale la pena ofrecer recomendaciones.
Valga por delante que yo estoy a favor de las mismas. Es parte de mi negocio, no exento de decepciones y de malos entendidos o diferentes interpretaciones, pero bueno, quien quiera estar en este negocio, bien debe saber que eso será el pan de cada día, y deberá afrontar que recomendar a alguien es una decisión que se debe sopesar concienzudamente, y visualizar todos los pros y contras.
Pero antes de empezar, hay que diferenciar entre pasar un contacto y hacer networking. Lo primero es simple y no implica ninguna profesionalidad, casi has hecho de mensajero sin ninguna responsabilidad añadida. Practicar el Networking, conlleva responsabilidad para todas las partes, y para ello se debe compartir el motivo del porqué se quiere conocer a alguien de tu entorno y por qué puede ser beneficioso para el que quiere ser recomendado.
Recomendación: tú eres la garantía
Para ahuyentar a los que les gusta el juego, o simplemente no son conscientes del verdadero valor de la recomendación, hay que ser duro al principio. Es decir, se debe preguntar todo lo necesario, para estar seguro de dar el paso siguiente que es la recomendación en sí. La persona que va a ser recomendada debe aceptar ese primer grado de preguntas, un tema absolutamente normal, ya que, llegado el caso, el recomendador deberá dar explicaciones si las cosas no salen bien.
Aquí el que tiene la sartén por el mango es el recomendador, porque es el juez y además parte, así que no os amilanéis, y haced todas las preguntas que sean necesarias antes de dar el paso que, por cierto, una vez dado, ya no puedes dar un paso hacia atrás. El mejor argumento: tú eres la garantía, así que, para pasar al siguiente nivel, debes saber, como recomendador, dónde te metes.
La garantía tiene un precio: impagable siempre.
Pero cuando a pesar de tener la información del porqué se necesita tu recomendación, hay una pregunta que uno se debe hacer, y reconozco que no es fácil hacérsela, pero es mucho más difícil respondérsela: ¿qué puedo perder si sale la cosa mal? Incluso hoy, sigo teniendo muchas dudas de responder a esa pregunta, porque a posteriori, no sabes lo que puedes llegar a perder, porque en ocasiones no se pierde todo de una vez, sino que puede ser un goteo incesante y muy dañino a medio y largo plazo, vamos una sangría difícilmente controlable por uno mismo. Ese es el peor de los casos, que afortunadamente, no es el caso más habitual.
El más habitual, negativamente hablando, suele acabar pronto y rápido, y sí se han hecho las cosas bien, no deberían afectar al recomendador plenamente, siempre y cuando, eso sí, se hayan dejado los términos muy claritos al principio de la recomendación.
Mi consejo es advertir tanto al recomendado como a la persona que le vas a presentar, cuál es tu representación en esa gestión, ni más ni menos, porque si no, serás el blanco de las iras de las dos partes, o bien al que intentarán convencer que la culpa fue del otro, y ese no es tu rol.
Recomendación en Romero: a través del Premium Networking
Os dije con anterioridad, que mi experiencia es la que ha dictado mi desarrollo en el networking, y que los patrones, en los seres humanos se repiten, una y otra vez. No es una cosa que se pueda achacar a la ignorancia en un tema u otro, que también ayuda a que las cosas salgan o bien, no salgan. Pero sin duda, en todas las situaciones en las que me he encontrado, siempre me he encontrado un concepto inherente al ser humano: el uso de los valores humanos.
En mi caso, que tomo decisiones a diario por mí mismo, y por otras personas, y soy un acelerador de situaciones para generar negocio y de desarrollo de relaciones humanas, he llegado a una situación de dominio de la situación, gracias a imponer la compartición de los valores humanos con las personas que sí entienden que una recomendación es “una parte de ti”, y que el respeto, la profesionalidad y la transparencia siempre deben imperar en ese canal de comunicación.
Así pues, claro que apostamos por la recomendación y por el networking, pero por favor profesionalizado y basado en los valores humanos, ¡¡do Premium Networking!!