EL PERIÓDICO DIGITAL DE ROMERO

Josep Fèlix Bentz del Reial Cercle Artístic de Barcelona

Un hombre del siglo XXI para el Reial Cercle Artístic de Barcelona

Josep Fèlix Bentz nos cuenta la historia de amor de una institución con su pasado y con su ciudad. Presidente del Reial Cercle Artístic de Barcelona, con 137 años de vida, ha llevado a cabo desde 2008 un proceso de adecuación de una entidad histórica a un mundo nuevo, a formas de gestión nuevas. A encontrar una nueva razón de ser. Y la historia continúa.

Un hombre del siglo XXI para el Reial Cercle Artístic de Barcelona

Te has convertido en el alma mater del Reial Cercle Artístic de Barcelona desde que cogiste sus riendas hace 8 años.

Siempre he tenido relación con la institución, incluso a nivel familiar. Mi madre y mi abuelo estuvieron relacionados y yo estuve de joven con mi hermana vinculado al Departamento de Cultura del Cercle. En 2006, con motivo del 125 aniversario, me llamaron a través del Presidente de entonces, Joan Abelló, para la comisión de preparación de los festejos. Me hizo mucha ilusión poder aportar mi granito de arena organizando conferencias, exposiciones, etc. Los miembros me alentaban a continuar, apreciando además mi capacidad de gestión pero en ese momento estaba inmerso en un gran proyecto, el Museo de Europa de Schengen.

En 2008, Joan Abelló me dijo que había una vacante en la Junta Directiva y me pidió que le echara una mano. No me podía negar. Era además un momento complicado para el Cercle, con la crisis económica en su punto más álgido. Se sucedieron las cosas: un vicepresidente lo dejó, Abelló me pidió que ocupara su lugar y, lo que son las cosas, Abelló nos dejó. Después de valorar cuestiones personales y por la gran estima familiar que le tengo a esta institución pensé que me tenía que implicar, aunque era consciente de la situación que vivía el Cercle. Me presenté a las elecciones en marzo de 2009 y fui presidente electo. Hace un año volví a ganar las elecciones y este será mi tercer mandato.

Un hombre del siglo XXI para el Reial Cercle Artístic de Barcelona

¿Cuáles son las tareas a las que te enfrentas una vez que te pones al frente de una institución como ésta, prestigiosa, pero un tanto desconocida para los barceloneses?

Lo primero consistió en ordenarlo todo a nivel social, económico. Había muchas cosas por hacer y yo intenté hacer lo que mejor sé. Organizar: eventos, actos, conferencias. De una forma limitada, tirando de amistades, intentando que el Cercle volviese a posicionarse al nivel que le toca. Y a partir de ahí comenzamos a tener una actividad importante.

En el aspecto económico, se intentó eliminar gastos y profesionalizar la gestión. Se pusieron en marcha aspectos nuevos para una entidad que estaba pidiendo auxilio. Un trabajo difícil, pero que se fue superando paso a paso.
Otro aspecto que teníamos claro era el del Thinking Big, pensar en grande y mirar hacia fuera. Comenzamos a tener colaboraciones con Francia, Estados Unidos, Italia, Luxemburgo, explotando al máximo la relación con los consulados de manera bidireccional. No solo llevar actividad al extranjero, sino traer actividades de fuera.

En un momento en el que el asociacionismo estaba de capa caída, vi que el hecho de tener un punto de encuentro como un restaurante, era un atractivo importante, mucho más si aprovechábamos nuestra localización inmejorable. Así que la primera apuesta fue esa, darle importancia a ese espacio como punto de encuentro que nos permitiera crecer otra vez.

El restaurante se abre y nos abre a la ciudad. La terraza del restaurante es un punto de encuentro para el turismo también que nos visita. Hemos ido así recuperando espacios, adaptándonos a las normativas vigentes, adecuando un palacio de los siglos XIV y XV a las necesidades del siglo XXI.

Tu experiencia en los Estados Unidos ha sido clave también para perder el miedo a hacer las cosas de otra manera y abrir el Cercle.

Es cierto. Aprendí mucho a nivel de gestión de mi estancia en Vero Beach, Florida, donde había un museo privado muy importante con mucha vinculación local con las empresas. Su directora se lo trabajaba mucho, mimaba mucho el proyecto. Y eso significa estar todo el día pensando en innovaciones. Eso me enseñó cómo una entidad con cero inversiones podía incorporar actividades que generaran ingresos.

También me di cuenta de que había que mimar al socio local y al extranjero. Mucho respeto a la historia y al pasado, que no quedase fuera de juego con los cambios. Pero tener clara la renovación y la imagen contemporánea que debíamos ofrecer.

Otro aspecto que cuidamos mucho es la presencia en la ciudad y en el país. Queremos convertirnos en un referente de la vida cultural de la ciudad. Volver a tener ese papel. Manteniendo la misma filosofía después de 137 años. Somos un caso único e inclasificable.

Un hombre del siglo XXI para el Reial Cercle Artístic de Barcelona

Eres un networker, un conector que conecta multidireccionalmente y genera valor por la conexión mediante el arte de diversas personas.

El Cercle es un hub con sede propia. Una sede situada en un palacio en el mejor sitio de la ciudad, donde hay además una actividad fantástica. Esta unión de elementos, hacen del Cercle algo único, excelente y maravilloso.

Cómo se presenta el futuro del Cercle a cinco años vista.

Junto a la apuesta por las nuevas tecnologías, creo que debemos atraer a gente que puede sentirse cómoda en un espacio en el que puede apreciar una instalación como The Zone of Hope o una exposición sobre una obra religiosa. The Zone Of Hope es otra muestra de la colaboración con empresas como Mediapro o Agbar.

Una de las principales características de la vida barcelonesa en los últimos tiempos es la presencia del residente internacional. Personas que se integran y que quieren descubrir nuestra cultura. ¿Qué hacéis para acercar a esas personas al Cercle?

Hacerse socio del Cercle abre la puerta a conocer a muchos tipos de asociados, con características muy diversas, con muchos intereses y culturas diferentes. Es un microcosmos en el que está representada toda la ciudad. Una ciudad, Barcelona, que es plural y esa pluralidad se vive aquí dentro, con diferentes formas de vivir y entender la vida. Poner en contacto a todas estas personas mediante actividades artísticas hace que sea como un acelerador en el que todo el mundo se siente muy cómodo.

Se presenta entonces un futuro apasionante para el Cercle.

Da un poco de vértigo, porque estamos en un punto de inflexión. Hemos hecho un recorrido para llegar hasta aquí, un trabajo muy duro y ahora vemos que el camino que se abre es fascinante. Veo un futuro importante, donde pueden abrirse muchas puertas para una entidad de nuestro tipo, con mucha proyección internacional, por lo que soy muy optimista.

La verdad es que estamos impresionados con la evolución del Cercle, un ejemplo que nos inspira.Como siempre, es un placer hablar contigo, a ROMERO y a mí como su representante, nos haces sentir como en casa.

Un hombre del siglo XXI para el Reial Cercle Artístic de Barcelona

 


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