El mundo evoluciona, vuela. Y no te espera. También en los orígenes de los “nuevos productores del siglo XXI”. Ser heredero de una familia productora empieza a no ser la pauta general de los nuevos comienzos. Puede, incluso, tener futuro nuestra agricultura y ganadería, a pesar de lo difícil que se lo ponen los grandes jugadores de la distribución y el mundo globalizado.
Cuando piensas en Europa como la cuna de la civilización de occidente, las empresas españolas gastronómicas de prestigio, suelen tener un patrón concreto, y te vienen a la cabeza conceptos como el legado, vintage, heritage, empresa con varias generaciones, tradición familiar, etc. Se necesitan muchos años para ofrecer productos de una máxima calidad, o excelsa. No puede ser concebida una marca sin estar muchos años en el mercado, y su marca jamás podrá competir con las que llevan generaciones en el pedestal más alto. ¿En serio? Pero, ¿de cuándo es esa máxima? Pues podríamos decir que ello acabó al cambiar de siglo.
Sin embargo, tengo que admitir que esa tendencia empezó a cambiar incluso antes, a principios de los noventa, con el boom de nuestra gastronomía a nivel mundial gracias a los discípulos de Carles Gaig, Jean Luc Figueras o Arzak, como eran Ferrán Adrià o Martín Berasategui. Eso revolucionó la manera de pensar y valor nuestros productos gastronómicos. Atrayendo más y más gente, a este sector. Pero claro, cuando empezamos a darnos cuenta que, los productos españoles eran apreciados internacionalmente por su calidad, eso trajo también otro tipo de revolución, bueno, yo le llamaría una silenciosa colonización, por parte de personas muy inteligentes y no nacidas en España. Uno de nuestros Talones de Aquiles, la inversión a futuro sobre nuestros recursos naturales, no era algo que nos atrajera sobremanera a los españoles, con más afán de conquistar otros mercados con productos autóctonos sí, pero no caracterizados por la calidad, más bien por la cantidad.
En cambio, nuestros avispados vecinos europeos como los franceses y los italianos empezaron a hacer sus “course d’achats” por todo el territorio español. Empresas con viñedos no bien gestionados, Almazaras sin un futuro claro, por poner dos ejemplos muy ilustrativos. Además, jugaba a su favor el problema del relevo generacional. Por razones diversas: falta de estímulo, tentación al dinero fácil del nuevo inversor y vivir desde entonces la vida de un pachá, o bien porque la ignorancia no les daba otra opción que la venta de la empresa a alguien más listo.
La receta secreta, que no lo es tanto
Y estos nuevos productores, empezaron a optimizar estas empresas con los dos ingredientes imprescindibles: modernizar la empresa, tanto en procesos internos: maquinaría, logística, capital humano, e incluyendo el marketing en el desarrollo del valor de marca, imprescindible para genera prestigio y voluntad de comprar tu producto; y la internacionalización, condición sine qua non para ser rentable. Este ejemplo vale igual para el que creaba la empresa de ceo solo aprovechando los recursos naturales españoles como valor diferencial.
Veníamos de una cultura del vino a granel (primer productor mundial) y el aceite de oliva (también primer productor mundial), bueno, de hecho, aún estamos en esa etapa desgraciadamente. Pero afortunadamente, ya existe una base interesante de empresas 4.0; pertenecientes a esa generación del pensamiento global. Es decir, producto excelente, storytelling que emociona, presentaciones de marketing en ingle´s (bien traducido) y con una imagen de maca parecida a las de empresas de la moda o la joyería. Además, con una gestión con procesos de multinacional actual: muy vertical y muy ágil.
El partnership, o lo que es lo mismo, el trabajo en equipo con empresas con las que se crean sinergias, son esos nuevos departamentos virtuales que les permiten volar a otra dimensión, y que las arcaicas organizaciones que todo debe pasar por departamentos que a veces no tienen los mismos objetivos, ni tienen las mismas experiencias diarias, hacen que se pierdan oportunidades en la venta internacional.
El origen de los nuevos productores
La velocidad en la toma de decisiones de las nuevas empresas españolas de producto gastronómico Premium, tienen unos patrones que Romero ha detectado, interpretado y ha mimetizado a lo largo de los años. Porque la clave de esta velocidad no es otra que la afinidad humana y sociocultural, lo que nosotros llamamos Premium Networking.
Estas empresas suelen tener propietarios que el 100% o bien algunos de los miembros, son de origen internacional, y además, no es imprescindible que procedan del sector. Estamos colaborando con personas de un perfil estratégico muy marcado, también habituado a procesos de implementación muy germánicos (es decir no dejar nada a la improvisación), y con la experiencia de comercio exterior en sus genes.
Por tanto, no es extraño que el consumidor final de sus productos sea internacional, de alto poder adquisitivo, que hace sus compras online, y que valora por encima de todo, la calidad del producto y sus propiedades diferenciadoras. ¿El precio? No es determinante, es decir, que priman otros aspectos como la calidad cuando se ha hecho la inversión necesaria en marketing: packaging, storytelling estrategia de marketing digital (videos, Instagram, Pinterest) y promociones del producto a verdaderos influencers del sector.
También nos encontramos los new producers de origen nacional. Pero tienen en su perfil, experiencia internacional, ya sea porque han vivido fuera o han trabajado en departamentos de exportación, y suelen tener una formación superior, a la que añaden Másters especializados en Escuela de Negocios.
Una característica que les une a todos y les diferencia de la generación anterior, es que tienen unas ganas locas de compartir con los otros productores, aunque sean competencia del mismo sector, porque su filosofía es un mundo global, no local. Cuanto más abarquen juntos, más habrá para repartir.
Estamos experimentando una revolución total en este mercado gastronómico. Y hay empresas que ya hace tiempo que se dieron cuenta de ese cambio, y evolucionaron favorablemente. Pero son tan escasas las que lo han hecho que queda mucho por hacer para que los productos Premium españoles tengan entrada por la puerta grande en los mercados internacionales.
MadeinSpain tiene varias maneras de hacerlo, y hemos empezado por la primera y principal, filtrar y detectar quien hace las cosas muy bien y necesita branded contend y comunidad que les compre ese producto en España: la comunidad internacional residente de alto poder adquisitivo. Empresas que os sintáis en este círculo, ¿a qué estáis esperando en contactar con nosotros? Os recibiremos con los brazos abiertos, porque España tiene un futuro en este sector único y para disfrutarlo.
Genial artículo con una visión muy clara de hacia donde nos dirigimos en el sector.
Muchas gracias por compartir tu visión y conocimiento.
¡Fantástico!
muchas gracias!! Mi humilde visión se basa en la experiencia con las personas. Y creo que debemos compartir este tipo de información para hacernos más grandes.