EL PERIÓDICO DIGITAL DE ROMERO

Olivas, gastronomia y mucho Romero en el Priorat

Romero.barcelona  by Israel Romero

Exclusiva experiencia de oliviturismo en un paraje unico: Cabacés, en el corazón del Priorat.

 

Cuando se me ocurrió crear una experiencia gastronómica en el Priorat, quise diseñar una actividad diferente a las convencionales, donde pudiéramos disfrutar de los maravillosos parajes del Parque Natural del Montsant, siempre verdes gracias a los extensos pinares que alfombran sus montañas y por los olivos, de entre 500 y más de 1.000 años, que se hacen paso entre los pinos, en unas terrazas de piedra propias de la época romana ¡nada menos!.

 

Así es el olivar silvestre de Finca Hostalets en Cabacés, Priorat, una extensión ganada al bosque, en la naturaleza, pura y sin más mano del hombre que la del respeto biodinámico de su conservación y desarrollo absolutamente natural.

 

Esta zona, extraordinariamente seca, es paradójicamente, de un verdor casi centroeuropeo por las clases de sus árboles de hoja perenne, que me cautivó desde la primera vez que lo conocí.

Y sabía que este paraíso debía ser disfrutado al estilo más  puro Romero posible.

Nuestra primera parada fue la Finca más meridional, la Obaga, un lugar de no fácil acceso (cualquier vehículo puede llegar, aunque se recomienda un SUV o vehículo de suspensiones altas), y que, a medida que vas llegando, lo último que crees que encontrarás es un olivar.  Pero sí, ¡hay un olivar! y es ¡¡¡espectacular!!!.

 

Rodeado de pinares emerge una finca de varias hectáreas con sus olivos salvajes y cargados de olivas. Como manda la tradición, esa finca tiene su propia casita, que data unos 250 anos de antigüedad, y donde el olivicultor podría pasar las jornadas de cosecha juntamente con los animales que le ayudaban a la misma.

Pues nosotros, la acondicionamos para hacer el desayuno que precedía la varea. Un “esmorzar” diseñado por Xavier Lahuerta y Miquel Guimerà de Sotarrel, muy mediterráneo donde mezclamos productos muy catalanes como los embutidos y las hortalizas como el tomate, con otros productos españoles como la tortilla de patatas (buenísima con patata de Anglesola)  y quesos manchegos  y jamón puro de bellota, e incluso una morcillla casera de Jabugo.

 

 

Con un tiempo privilegiado, casi 27 grados centígrados, y debajo de un pino gigantesco, José Seuma, propietario de Aceite Finca Hostalets, nos explicó lo que íbamos a realizar después del desayuno: acariciar los olivos para extraer las olivas de los ismos.

Unos olivos de la varietal arbequina, repletos de su fruto exquisito, el oro verdoso que posteriormente se convierte en oro líquido.

 

Posteriormente, nos desplazamos a la otra finca, la que está más al norte y donde nuestros chefs nos prepararon, en un instante, unos manjares fantásticos y muy sabrosos.

Romero transformó la antigua casa del olivicultor en una mesa para 14 comensales, perfectamente acondicionados y a la sombra.

 

Miraba a mi alrededor y podía ver personas de varios países: España, Rusia, Azerbaiyán, China y México. Y todas en perfecta sintonía y agradecidos por la magnífica experiencia. Unidas por los valores que ROMERO despliega con su filosofía de vida: compartir, amor por la cultura y la gastronomía.

Por ello, sabemos que estas experiencias son imprescindibles para generar engagement con nuestro networking y serán las que dinamizarán nuestra relación con las personas que aman nuestro país y como residentes nos pueden prescribir a los que quieran venir simplemente a hacer turismo de manera efímera.

Seguiremos haciéndolas próximamente y de manera periódica y profesional.

 


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