La tecla que faltaba. Romero Premium Networking dio con la diferenciación definitiva, y eso que no es fácil poder decir eso en un mundo tan competitivo. Al menos os explicamos, como siempre fieles a nuestra transparencia, cómo lo hacemos.
El mundo evoluciona cada día de una manera ultrarrápida. Impresiona darme cuenta que lo que pensaba sólo hace un mes atrás, puede que sea pasto para los peces, inútil u obsoleto. ¿Pero cómo es posible? Pues porque las relaciones tradicionales simplemente ya no valen. Bueno, no es que no valgan, es que no son rentables, simplemente no funcionan. Nuestros interlocutores parecen de otra era cuando les pedimos imaginación a la hora de implementar las ventas de sus productos. Pero en su descargo, me refiero de los que son vendedores o distribuidores de sus productos, tienen tal cantidad de sobre oferta a presentar, que el colapso por los excesos, hacen muchas veces mella en su toma de decisiones. Y claro, ¿por qué vamos a ser nosotros los elegidos y no otros? Bueno pues sino queremos ser carne de la divina fortuna, algo deberemos hacer, ¿no?
Pero es que deberíamos analizar muy exhaustivamente la situación. Porque podemos estar haciendo las cosas de manera correcta, es decir replicando otras temporadas donde sí tuvimos éxito, ¿y qué? Caemos en el autoengaño que “hacemos lo correcto” pero no es cierto. Lo anterior ya no tiene validez.
El networking: la luz …y las sombras
La afinidad entre las personas hace que la estimulación acelere procesos de compartición de energía positiva. Es de manual, la química humana tiene un poder de creatividad superior a cualquier otra vía. Creatividad para los negocios, para las relaciones humanas (si también las relaciones más creativas son las más intensas y las que más perduran en el tiempo, porque buscan evolución, salsa y motivos para crecer), y en definitiva para todos los aspectos de la vida.
Y claro, cuando tenemos que delegar esa “magia” en otras personas, ésta, se desvanece por completo y es más que posible que podamos perder esa venta segura de años anteriores. Pero no solamente por esa delegación, sino porque la competencia hace más cosas, más acercamiento y compromiso (approach & engagement) a nuestros clientes, mediante canales diferentes a los tradicionales.
Romero ha demostrado que los canales tradicionales son cada vez más aburridos y mucho menos atrayentes, debido a que su desarrollo está muy delimitado y está expuesto a la amenaza constante de la competencia. Pero, el networking…ahh, ¡este no! Porque es un canal en constante evolución, como las personas, de esta manera, si mantienes la forma de esas relaciones (cual jardinero cuida su jardín) creas un código privado e inviolable por otras amenazas externas.
Ufffff, ¿pero eso parece imposible de crear y mucho menos de desarrollar por la mayoría de los mortales? ¡¡Cuentos chinos!! (perdonarme desde mi queridísima comunidad china que tanto aprecio tengo, pero no se me ocurrió otra expresión castiza más adecuada).
Nosotros hemos elaborado una comunidad de personas y empresas a partir de nuestro networking, a través de la filosofía acuñada por un servidor: el Premium Networking, es decir, que sólo creamos relaciones profesionales con personas que comparten valores humanos (transparencia, honestidad, profesionalidad y compartición).
Y lo que transmitimos a las personas y empresas que queremos incorporar a nuestra red, es que, nuestra vía NO ES LA MÁS RÁPIDA (por favor quien nos exige ventas para antes de ayer que se vaya a nadar a las aguas de Florida infestada de tiburones y rece porque no le muerdan), NO ES LA MÁS DIRECTA para el objetivo comercial (¡ventas hoy, mañana no me importa!), entonces ¿qué narices es? Pues la más segura, la más transparente y… ¡¡la nuestra!!
Reconozco que el último argumento suena a “es así por por el artículo 33”, pero lo siento, sé que valoráis mi transparencia y sinceridad: pues así es. Cansado de escuchar en muchas ocasiones que debemos generar ventas, cuando no somos los comerciales de nuestros partners. Pero cuidado, sí que las generamos, pero dentro de nuestro canal, y encima está protegido. Pero no al segundo 1 (aunque sí a los 15 días o al mes, que no está nada mal), aunque claro, cuando uno se acostumbra a nuestra velocidad ultrasónica de las relaciones personales (eso sí que es de velocidad de la luz en nuestro caso, nuestro valor añadido más preciado), todo parece muy fácil.
Tenemos a una persona, una empresa y nos inventamos (nuestro valor incuestionable) una relación entre ellos. ¡¡¡Bingo!!! Pero aquí los caminos divergen. Nosotros a partir de esa nueva relación, seguimos creando nuevas a través de ellas, y eso es un código fuente propio, y sólo nosotros lo podemos programar. Por ello, la creación de nuevos escenarios, son muy poco valorados por la incomprensión de los mismos, en muchas ocasiones por parte de nuestros partners. Pero, es que… también generan negocio, aunque para todos, no solo para nuestros partners, y eso no siempre es entendido a la primera. Poco a poco lo vamos consiguiendo, aunque no es fácil. Aquí siempre, siempre y siempre chocamos con el miedo a comunicar.
Si queremos crear, e incrementar el valor de nuestra marca no nos podemos contentar con acciones tradicionales: eventos, abrir mercados por abrir, crear un número indeterminado de reuniones con posibles compradores sin plantear nuestras fortalezas, etc.
Lo siento, no, ¡así no! De esa manera, por ejemplo, una empresa internacional que nos pudiese comprar nos diría “es que no sois franceses o italianos para pedir precios altos”. Toma ya. Teniendo productos iguales y en muchas ocasiones muy superiores a nivel cualitativo, te tienes que tragar ese sapo porque claro, ¡¡no tenemos valor de marca!! Y lo peor: creemos que las ventas lo conseguirán por nosotros. Pues no. Hay que invertir pasta en la marca, hay que hartarse de comunicar qué hacemos, pero no post vomitivos sobre que hemos patrocinado un festival que no tiene nada que ver con nuestro producto. Uno al año no hace daño, pero debemos comunicar sobre nuestros puntos fuertes, sobre las diferencias respecto a los competidores, sobre departamentos, productos, incluso sobre el sector, y transmitir ser profesionales, que sabemos de lo que hablamos y que estamos orgullosos de los qué somos. Porque el mundo es nuestro mercado y así encontraremos a nuestras “Golden Nuggets”.
Así lo hemos hecho nosotros en nuestra casa, Romero, y así seguimos haciéndolo. Porque no queremos frenos a las relaciones humanas y sí a la presión comercial sin estrategia del 2020, que ya no es sólo la estrategia del siglo XXI, estamos ya en la tercera década del siglo, y ahora sólo toca conocer y dominar todas las tendencias en los comportamientos humanos actuales, que cada vez son más complejos y difíciles de anticipar. Por ello, desarrollamos y estamos a punto de lanzar nuestro proyecto definitivo: un e-commerce que estará unido a la experiencia real, no sólo virtual, que seguirá creando negocio a través de compartir el conocimiento y la información que nosotros queremos transmitir, ¿y gracias a que? Pues a la comunicación, a qué sino.
El networking, una práctica virgen y por explotar en el futuro de las marcas.
Se ha hablado en numerosas ocasiones de relacionarse con «las personas adecuadas», de invertir en tu propia red y un sinfín de etcéteras. Nunca hablamos de la realidad del networking.
De las traiciones, de la infidelidad, de la gente que dice y no hace, de los que prometen y todo es una falsa realidad. Lidiar con todo eso y subsistir haciéndolo bien es la real práctica del Networking. Para todos lo demás, Mastercard o Romero.
You choose how, where and when to be entertained.