Es importante que, a nuestro templo, nuestro cuerpo, lo tratemos con la importancia que tiene. Lo cuidemos, le demos lo mejor y nos preocupemos por él. Cada vez más el concepto saludable está en nuestro día a día, pero que es “saludable” en realidad en lo que a nutrición se refiere.
Deberíamos volver a pensar/comer como lo hacían nuestros abuelos. Quien no conocía a alguien que su abuelo tenía un huerto y que aquellos tomates que traía si eran buenísimos. Eran un poco raros de forma, pero el olor y el sabor eran espectaculares y quien dice tomates dice todo lo demás.
Hoy en día, estamos envueltos en una vorágine en el que alimentarnos es una rutina y solamente le damos valor cuando implica ocio, salir a un buen restaurante, eso sí tiene valor, pero comer en casa…eso no luce, no es “cool”. ¿El resto de la semana, nos vale con cualquier cosa que nos quite la sensación de hambre? Por favor seamos más rigurosos, es nuestro cuerpo, somos nosotros.
Es de vital importancia que las verduras sean parte fundamental de nuestra dieta y no quiero decir ser vegetariano, el que quiera que lo sea, yo no lo soy. Pero las verduras si son una parte fundamental de mi alimentación, son a lo que le añado todo lo demás. Aportan gran cantidad de vitaminas imprescindibles para nuestro funcionamiento, tanto músculo esquelético, como cerebral como visceral. También minerales y una parte muy importante, ¡la fibra!
No es necesario tomar vitaminas o yogures comerciales que nos compensen de nuestras carencias. ¡¡¡Comed mejor!!!! . Si es posible, debo decir que, si tenéis la posibilidad de comprarlas ecológicas y de km0, muchísimo mejor. Los supermercados también tienen verduras, pero no serán las mismas que las de un payés que cultiva de manera orgánica y que piensa en la tierra como algo más. Recordad el huerto del abuelo, él no le llamaba orgánico ni ecológico ni km0, él lo llamaba tomate y nada más.
Esta es la principal lección del concepto saludable, aumenta tu ingesta de verduras, intenta que sean orgánicas y si puedes que además Sean de km0.
De esta manera aumentarás las vitaminas y minerales, la fibra y la sensación de saciedad por lo que eliminarás la ingesta de otros alimentos no necesarios.
¿Te suena la sensación de querer algo dulce después de comer ? Es que alguna cosa no estaba bien desde el punto de vista nutricional.
Un ejemplo, pechuga de pollo a la plancha acompañado de verduras al vapor con un chorro de AOVE y pimienta negra. Del otro lado pechuga de pollo rebozada con patatas fritas. Todos sabemos cuál es la opción más saludable.
Si hacemos las verduras al vapor no perderemos vitaminas y tendremos un plato muy completo, las verduras deberían ocupar el doble del volumen del pollo. Si es para comer podemos añadir un poco de arroz o pan, del pan ya hablaremos otro día en detalle, siempre integral. La otra versión con los fritos nos proporcionará mayor sensación de sabor por el aporte de la grasa, esto es un tema de educación a nuestro paladar, no sabe mejor sólo nos lo parece porque la grasa, como la sal o el azúcar tienen grados de adicción importantes. Además, no tendremos la cantidad de vitaminas que tendríamos en la versión saludable y se suma que los frutos crean radicales libres que destruyen las vitaminas por lo que nutricionalmente nos habremos equivocado. Y para colmo tendremos muchas más calorías.
¿Te has quedado con hambre en la primera opción? Suele ser el comentario, fácil, come más, es verdura y con un poco más te saciarás.
Miquel Manrubia
Nutricionista