El triunfo de la gastronomía española en todo el mundo se ha caracterizado por una capacidad inusitada de innovación y espíritu revolucionario por parte de los y las chefs locales, tomando como base la cocina tradicional poniéndola al día. Poniéndola en el futuro, de hecho.
Y lo que ahora viene es una vuelta de tuerca más, en la que se recupera lo más típico y lo más archiconocido de esa cocina tradicional, popular, para darle el valor que se merece. Esta es la idea que han manejado auténticas bestias de la cocina, como son los hermanos Ferrán y Albert Adrià junto con el mediático José Andrés para abrir en pleno corazón de Nueva York su Mercado Little Spain.
Una manera de acercar tanto a los nativos neoyorquinos como a la gran masa de visitantes que aterrizan en la Gran Manzana auténticas joyas de la gastronomía popular como son los callos, el pan con tomate, las ensaimadas, la paella, el cochinillo o las infalibles patatas bravas. Y no se quedan ahí, cocas, churros, gazpacho o el arroz a la cubana, bombas, ensaladilla rusa encontrarán su espacio en un establecimiento que pretende emular el acento típico de cualquier bar de las Ramblas de Barcelona. Como no podía ser de otra manera, tratándose de quien se trata, hay también algún momento para la experimentación como lo son las aceitunas líquidas, por ejemplo.
Un espacio llamado Leña será el que ofrecerá desde las carnes a la brasa hasta los arroces. El espacio llamado Mar lo hará con pescados y mariscos frescos importados desde España. La pretensión es que toda la materia prima sea importada desde España. Incluso contará con su pequeña pescadería.
Por su parte, la Barra, como no podía ser de otra manera, presenta una selección de tapas, pero no solo eso, también los clásicos huevos con patatas o los bocadillos y ensaladas, que al norteamericano le sonarán más.
En definitiva, es la recuperación de aquello que aquí consideramos más básico de nuestra oferta gastronómica, lo más popular, sin más pretensión que darle un valor diferente y acercarlo al mismo corazón de la ciudad que nunca duerme, de la mano de quizás los máximos referentes de la cocina española de todos los tiempos. Un homenaje, como dicen sus promotores, a las amas de casa, a los artesanos, a los cocineros y a los emigrantes que llevaron la cocina española a muchos rincones del mundo’. Con diseños de Mariscal y Mikel Urmeneta, este Mercado Little Spain, seguro que se quedará pequeño.
Romero como experto en la marca España, quiere con este artículo estimular a todas las empresas españolas de gastronomía que el mercado natural de crecimiento es el mundo, y éste, ¡¡nos está esperando con los brazos abiertos!!