Xavi Rovira y Albert Coromina son La Masia Studio. Con la reciente incorporación de Nacho Marmol, han conformado uno de los equipos de tratamiento audiovisual y fotográfico más prometedores de Barcelona.
Su receta es sencilla. Simplemente estar, tratar, hablar con el cliente, estar cerca de él de una manera absolutamente normal. Y sacar lo mejor, cada uno con su estilo, con su manera de ver la realidad y la fotografía. Cuando acaba la sesión, el fotografiado ya ha caído en su red y no querrá a otro fotógrafo cerca. Es un estilo muy Romero. Por eso nos gusta tenerles cerca. Y hoy queremos no solo que miren por nosotros, también que hablen con nosotros.
Hablarnos de cómo nació La Masia Studio.
Nace en el 2012-2013. Yo (Xavi) comencé a trabajar como diseñador gráfico y me aburría porque no tenía contacto con la gente. Mi abuelo ya había sido fotógrafo en Brasil y siempre era algo que me había llamado la atención, me había llenado. Todos mis trabajos de diseño estaban encaminados a la fotografía y empecé así a hacer también fotografías como forma de evadirme del trabajo. Conocí a Albert en una cena de ex compañeros de colegio y él sí que había estudiado fotografía. Él era fotógrafo y no tenía idea de diseño y yo tenía idea de diseño pero no era fotógrafo aunque me gustaba. Y nos conocíamos desde pequeños. La conjunción perfecta.
Comenzamos a hacer fotografías en sitios abandonados, estábamos muy verdes, pero comenzamos un trabajo fotográfico. Dijimos, ‘a ver qué sale’ y empezamos a pensar en explotar La Masia, como espacio fotográfico. Porque descubrimos que había estudios donde la gente alquilaba espacios y nosotros teníamos La Masia, que íbamos arreglando un poco entre nosotros y nuestros amigos.
Nuestra idea era y es la siguiente. Como fotógrafos no éramos nadie, pero creando un espacio único podíamos ser alguien mediante el trato humano con las personas.
Yo dejé el estudio y empecé a trabajar en FNAC para aprender a vender bien el producto. Con el dinero que ganábamos trabajando de mañanas y tardes arreglábamos y restaurábamos La Masia nosotros solos, lo que nos llevó un año de trabajo.
Es importante ese trabajo porque os define mucho. Esa unión, creando un hilo con lo creado, el fruto de mucho esfuerzo.
Eso es. Con el dinero que conseguíamos con cada trabajo o prestando el espacio, invertíamos en la restauración de La Masia.
¿Cuánta gente conocéis de vuestra generación que tengan en la cabeza un proyecto propio y que sea real?
Bueno, todos nuestros amigos trabajan para otra gente…
Y vosotros vivís de lo que hacéis, de vuestra pasión. Y lo habéis encaminado todo para poder crear esa relación profesional.
También es cierto que nos ha ayudado mucho y nos hizo despegar el hecho de dotarnos de un pequeño equipo de estilista, maquillador, fotógrafo
Hicimos una inversión en tiempo. Nunca tuvimos que pedir préstamos ni nada. Teníamos una idea en la cabeza y creíamos en ella con ilusión. Un gestor nos aconsejó a la hora de legalizar la empresa y sus consejos nos fueron también de mucha utilidad.
Nosotros nos conocimos en 2016 y desde entonces el vínculo ha sido cada vez más estrecho. Nos hemos conocido a nivel profesional, pero también como personas y asistido a vuestro crecimiento. Un crecimiento en paralelo que es lo mejor que tiene La Masia Studio.
¿Habéis trabajado para grandes marcas y para modelos ¿a dónde va La Masia?
Hay dos ramas en La Masia, La Masia Moments y una parte más corporativa que se dedica a las empresas. Nuestra idea es fortalecer la parte corporativa. Queremos ofrecer servicios audiovisuales y fotográficos a grandes empresas. Todos los clientes que hemos ido ganando ha sido porque han aparecido en nuestro camino. Y una vez que prueban el caviar no quieren huevas. De esta manera hemos acabado trabajando con personas como Ona Carbonell o Rafinha, por ejemplo. Nos conocen y no quieren cambiar.
¿Cuál es vuestra receta?
Una vez fuimos a una agencia cuando empezábamos y nos presentábamos por ahí para que nos dejaran modelos para fotografiar. En una agencia nos dijeron que éramos ‘uno que es hippie y el otro que es más cuadriculado’. Yo creo que al fin y al cabo, al hacer tanto tiempo que trabajamos juntos hemos cogido cada uno algo del otro. Y así las fotos salen fusionadas.
Intentamos ser muy naturales. Y el cliente nota si estás haciendo las cosas con ganas, de manera natural. Por ejemplo cuando fuimos a ver al CEO de Netflix, le gustamos mucho porque nos vio personas naturales. Cuando estás acostumbrado a que te hagan la pelota… el valor añadido es el ser uno mismo.
Eso es el don de gentes y eso hay que trabajarlo también.
Yo realmente donde aprendí fue en un trabajo que tuve en Fotoprix. Había un encargado que me caía my bien, que era encantador. Bien, me motivé yo mismo para hacer que la gente comprara la cámara digital en lugar de la desechable. Me di cuenta de que si aplicabas la lógica hacías feliz a la gente y cuando vendía algo era bueno para ellos y bueno para mí. Les decía la verdad a los clientes.
Recientemente se ha unido al equipo Nacho.
Nacho es la guinda del pastel. Gracias a él hemos podido crecer mucho. Es la única persona que no nos ha fallado, siempre hay alguien que te falla y no te acabas de fiar.
Yo valoro mucho (Nacho) la cercanía, la seriedad, la profesionalidad y la frescura de La Masia.
Sois personas muy abiertas para aprender de otras personas también.
Sí, yo (Xavi) de Israel he aprendido mucho porque viene de otro concepto muy diferente al nuestro.
Pero con un desarrollo muy parecido.
¿Qué proyectos tenéis para el año que viene?
Yo creo que trabajar en nosotros. Desarrollar marca. Creo que a veces nos pasa que nos tenemos un poco abandonados a nosotros mismos. Somos un poco esclavos de los proyectos de otros y antes sentíamos los proyectos más nuestros. Te encuentras un poco como esclavo del trabajo de los demás. Y nos preguntamos cuánto hace que no haces algo para divertirte, cuánto hace que no haces una sesión… llega el domingo y no quieres coger la cámara.
Así que nos podemos permitir hacer algo para nosotros e intentar que los trabajos de los clientes los podamos disfrutar más y llevárnoslos a nuestro terreno.
Poder elegir a los compañeros de viaje.
Eso es. No perder la ilusión. Que no sea ‘un trabajo’.
¿En qué tipo de fotografía podríais disfrutar más?
Xavi (habla Albert) tira más para la moda. Quizás en un tipo de moda más dura, muy de cara a cara. (habla Xavi) Me fijo en que intento captar una foto que transmita alguna emoción. Me gusta captar un momento aunque sea duro.
A mí (Albert) me gustan más las fotos con color, como las que hace David Lachapelle. Surrealista, más hippie, muchos colores, burbujas. Xavi es más transgresor y más colorido. Xavi es más duro con sus fotografías.
Pues seguro que vamos a seguir disfrutando de todas esas imágenes con Romero Networking. Nos encanta teneros cerca.