Un mujer colombiana que ha impulsado el proyecto Arts Council Colombia
Acercar las culturas de los pueblos no solo ha de ser provechoso para el alma y el intelecto. También puede ser y es muy beneficioso para los negocios. La colombiana Eliana Bejarano lo sabe. Durante sus años al servicio público a su Estado en la Embajada colombiana en la República caucásica de Azerbaiyán, comprobó como el conocimiento mutuo de las tradiciones culturales podía abrir la puerta a un provecho común. Una mujer de ideas avanzadas y plurales sobre cómo la cultura y el arte reconcilian y hacen progresar a los países. Mediante la iniciativa Arts Council Colombia, Eliana Bejarano abre la puerta a una nueva manera de entender la cultura y los negocios.
Tu experiencia en Azerbaiyán ha sido fundamental para entender la relación de la cultura con los negocios.
Efectivamente, conocer la cultura es el medio para facilitar la conexión con el mundo. Un país tan diverso como Colombia tiene que sopesar su oferta frente a otros estados como el Azerbaiyano para promocionar nuevos productos, de cara la cultura propia de esta región y sus nuevas relaciones. Tuve que tener en cuenta el posicionamiento de la mujer en un país musulmán, a la hora de hacer negocios, y el choque cultural que esto provoca. Es realmente, a través del conocimiento de la cultura y la interacción con la gente cuando puedes llegar a alcanzar tus objetivos. La cultura es la manera más especial y apasionante de llegar a grandes cosas, es la forma de darte a conocer como país, y es a través de esa forma de expresión como se alcanzas nuevos negocios. Así se ha hecho desde la época de Marco Polo y la ruta de la seda, viajando con productos y artículos novedoso para producir importantes intercambios.
Siempre has tenido una sensibilidad especial para la cultura.
Efectivamente mi motivación inicial fue mi pasión por el arte. Estudié arte dramático desde los 5 años. Hice un viaje por Colombia a los 15 años y otro por Sudamérica a los 18 , como resultado de ello tengo pendiente publicar un libro sobre las diferentes culturas y sus relaciones con el mundo político. Mi encuentro con el Derecho fue una afortunada coincidencia. Me interesaban las artes escénicas pero finalmente estudié Derecho. Cuando me hicieron la entrevista de ingreso a la facultad, me preguntaron por qué el derecho, y no encontré otro argumento mas sincero que la inalienable conexión que existe entre un buen actor y un excelente abogado, siempre seremos actores con un rol importante en la sociedad. Has de tener retórica, capacidad de transmitir un mensaje a través de las palabras y el lenguaje corporal. De otra parte, siempre he tenido gran interés por el respeto a los derechos humanos. En mis años académicos realicé una larga investigación para la protección de los derechos fundamentales de los pueblos indígenas y las minorías étnicas de Colombia a través del mecanismo de la consulta previa como derecho universal; siempre con la sensibilidad de defender y proteger al otro, la otredad. Con el arte te acercas a todas las personas, interactúas, compartes y aprender más allá de tus propios limites. Es así, como por medio del Derecho actúo en varios mundos: el mundo jurídico, el mundo artístico y también el político.
Y toda esa experiencia, comienza y termina en Colombia.
En Colombia no es fácil que el arte tenga salidas por las barreras económicas, no hay muchos recursos asignados a la promoción de la cultura y las industrias creativas, requieres de mucho esfuerzo y otros factores externos que jueguen a tu favor para resaltar el talento. Después de mi experiencia en Azerbaiyán, con una visión de otra cultura, social y política, creo que es importante transmitir la esencia. Estoy muy identificada con Colombia, el país más diverso de Latinoamérica.
En Azerbaiyán quisimos hacer de la embajada la casa de Colombia. Un lugar en el que siempre serás bienvenido, con el carácter de la alegría, la música y la sabrosura de los colombianos. Si conoces la esencia de tu país y la sabes transmitir, creas una conexión inmediata. Todo esto nos permitió crear una atmosfera de valores, integración y confianza de donde surgieron nuevo proyectos sociales, culturales y económicos.
¿De ahí nace Arts Council Colombia?
En Azerbaiyán, a través de conocer a la sociedad y de asistir a diferentes intercambios culturales, vi como un país que sufrió las consecuencias de varias guerras históricas, ha utilizado el arte como una manera de expresión. En Colombia, ese dolor de un país en conflicto por mas de sesenta años, también se ha transmitido a través del arte. Es aquí donde el Arts Council nace como un promotor de esas expresiones relegadas a la guerra y abre escenarios de oportunidades para estos artistas. Para mí es una especie de consulado creado para las artes. Hacemos la función de embajadores por el mundo para promocionar a los talentos colombianos. Somos una institución paralela a los estados que cumple funciones sociales sin animo de lucro, como la promoción, la gestión y la exaltación de la cultura de nuestro país. Cuando regresé a Colombia, vi que estábamos viviendo un momento histórico, el acuerdo entre el Gobierno y el grupo terrorista de las FARC. Inmediatamente pensé que cada uno teníamos una responsabilidad única con Colombia, y sobre todo el cómo nos vamos a reconciliar como sociedad en un Estado tan afectado por la guerra. Entonces, comprendí que sólo a través de nuestra riqueza y valores culturales podríamos recuperar la confianza, el amor, y la identidad de nuestro país. Una revolución cultural real, por la paz y la reconciliación.
Desde esta perspectiva, sintonizo mucho con la propuestas de desarrollo de la ley de Economía Naranja presentada por el ex senador y hoy candidato a la presidencia de la república, Iván Duque. Somos un país generador de grandes talentos, tenemos recursos naturales incuantificables, somos mezcla de diversas razas y culturas, una maravilla y un realismo mágico absoluto. Con la pena de que muchos de nuestros artistas se han ido por la violencia o han dejado de expresarse dentro del mismo territorio; en la actualidad un porcentaje importante del capital humano vive fuera de Colombia, por falta de seguridad, oportunidades, y apoyo del Estado.
Arts Council Colombia nace así en 2016 con la voluntad de apoyar todas estas iniciativas, sin exclusión y de conectar a Colombia con el mundo a través de un único lenguaje, las artes. Nacimos con las ganas de un equipo multidisciplinar y voluntario, una excelente abogada y amiga como Andrea Devia, y la gran artista y cantautora Nataly Galiano, de quien pronto tendremos la fortuna de escuchar en su nuevo trabajo discográfico, nacido de la esencia de uno de nuestros grandes géneros, el vallenato.
Siempre he creído que el arte no se desnaturaliza al crearse como una empresa productiva, porque los artistas necesitan vivir de su arte para no tener que emplearse en otras cosas por razones de supervivencia, pero para esto necesitan el apoyo de una plataforma de exposición y promoción que les de un valor idóneo. Y nosotros queremos generar esas oportunidades al talento colombiano con recursos, gestiones eficientes y un networking de calidad y talla internacional.
Y para eso tu presencia en Barcelona es fundamental.
He venido a Barcelona, porque es una ciudad en la que se respira arte en cada esquina, la arquitectura que ha dejado el modernismo es invaluable. Conozco muchas ciudades y estoy enamorada de Barcelona. Para mi es un lugar de inspiración, muy conectado con Colombia desde muchas perspectivas, además de algunos de nuestros lazos históricos con España en general . Ahora entiendo perfectamente porqué García Márquez vino a vivir a esta ciudad. Ahora estoy finalizando un máster en Cultura Jurídica, Seguridad, Justicia y Derecho, y estoy muy satisfecha con los conocimientos adquiridos para mi futuro profesional. Justo para el documento final de grado o tesis, estoy trabajando un tema fundamental donde conecto todas mis pasiones. La memoria histórica como herramienta de reconciliación a través del arte , un espacio donde algunos artistas podrán presentar sus obras, en expresión a sucesos ocurridos durante el conflicto armado en Colombia.
La reconciliación en Colombia.
Un tema muy complejo de dilucidar ante un momento de grandes tensiones y polarizaciones políticas. Todos queremos la reconciliación en nuestro país, nunca podremos llegar a espacios comunes a través de los debates, las percepciones individuales son irrefutables, necesitamos escenarios superiores a las intransigencias subjetivas, y creo que no hay mejor lugar para ello que las artes.
Me siento muy comprometida con Colombia, la política me apasiona, pero todo tiene un tiempo perfecto y no hay mejor labor política que la social en si misma. Tengo muchas expectativas sobre la idea de promocionar las industrias creativas como motor de la economía, creo en los planteamientos de la ley de economía naranja, y me parece que estas son las iniciativas que necesitamos en Colombia para avanzar sobre muchas heridas de la historia.
Esperemos que así sea y que vuelvan a haber más intervenciones de Eliana Bejarano Murillo en nuestra revista.
Muchas gracias por la invitación, así será.
